Love and Blood [Cap 4]

 

 

Capítulo 4

 

El rio azotaba ambos cuerpos contra las filosas rocas.  Jaejoong tenía sus garras clavabas profundamente en el ante brazo de Yunho. Ambos estaban anclados.

La oscuridad de la noche no ayudaba en nada, no sabían hacia donde iban ni a donde nadar para salir a la orilla.

Yunho intentó mover su brazo, pero las garras de Jaejoong estaban dañando sus nervios y le era imposible moverlo, con fuerza  de su otro brazo se deshizo de él justo antes de chocar contra otra roca.

Jaejoong lo volvió a agarra y ambos terminaron contra la roca.

Entre pelea y ayuda mutua ambos lograron llegar, al fin, a la orilla. Apenas dejaron caer sus cuerpos sobre la arena, escupieron toda el agua que habían ingerido y se desplomaron.

 

*~*~*~*~*

 

 

El sol golpeo directamente los ojos de Yunho que se removió con impaciencia, resignado abrió sus ojos y se levantó de golpe. Miro a su alrededor, vio el rio que los había arrastrado kilómetros, vio los árboles y luego el cielo, estaba completamente despejado.

Miro a su izquierda y vio el cuerpo inerte de Jaejoong quien tenía la ropa manchada con sangre y toda rasgada. Su ropa se encontraba en las mismas condiciones.

Yunho no sabía si el vampiro estaba vivo o muerto. Siguió observándolo, respiraba débilmente, pero respiraba. Dudaba si despertarlo, abandonarlo ahí o aprovechar el momento y simplemente matarlo.

Volvió a mirar el rio, analizo su situación, luego de minutos de pensar decidió, de mala gana, despertarlo.

 

-¡Hey! – Lo empujo bruscamente – ¡Hey! ¡Tú! ¡Despierta!

-¡argh! – Gruño el pelinegro. Abrió apenas sus ojos y vio el rostro de Yunho – ¡Mierda! ¡Creí que todo esto era una maldita pesadilla!

-Yo igual estoy feliz de verte – ironizo el lobo – vamos, levántate maldito.

-¡¡argh!! – Jaejoong apenas intentó mover su cuerpo le dolió como los mil demonios – maldita sea

-vamos, ¡no seas llorón! Tan solo tienes unos cuantos huesos rotos, no es nada.

-¡¡Cállate!! – demando Jaejoong.

-¡Tsk!

 

Luego de unos segundos de esfuerzo Jaejoong por fin pudo ponerse de pie.

Yunho no espero ni un minuto y comenzó a caminar, si más que puro gruñir por lo bajo el pelinegro lo siguió cojeando.

El bosque era muy denso y las raíces de los arboles estaban sobre el suelo haciendo que su caminata fuera más complicada, especialmente para Jaejoong que apenas podía levantar sus piernas.

 

-¡¿Quieres dejar de quejarte por una maldita vez?! – gruño el lobo.

- ¿Acaso no vez que estoy lastimado? – demando Jaejoong

-¡y que esperas para curarte! ¡Eres vampiro, tus heridas sanan rápido!

-¡no puedo! – grito Jaejoong

- ¿Qué? – claramente el lobo quedo desconcertado con lo dicho.

-Mi cuerpo a perdido mucha sangre, no tengo lo suficiente para sanar mi cuerpo – Jaejoong desvió la mirada, odiaba verse débil ante su enemigo.

 

Yunho lo quedo mirando como si esto fuera una broma, si no fuera porque Jaejoong se escuchaba tan indefenso en ese momento, se hubiera reído en su cara.

Suspiro, agotado miro a su alrededor, hizo un movimiento rápido con su mano como agarrando algo y camino hacia Jaejoong lentamente.

 

-Así que necesitas sangre – el rostro de Yunho estaba a unos centímetros del de Jaejoong – el pequeño vampiro quiere hincarme sus pequeños colmillos en mi cuello, ¿verdad? – sus rostros estaban muy pegado, sus alientos chocaban; Jaejoong estaba muy nervioso.

-y… yo – sus colmillos comenzaron a sobre salir de sus labios.

-pues aquí tienes – dijo seductoramente. Todas las ganas de Jaejoong se fueron a la mierda cuando Yunho puso frente a su rostro una ardilla muerta – Toma tu desayuno, espero que lo disfrutes – tomo la mano de Jaejoong y le puso la ardilla en ella, para luego dar media vuelta y alejarse.

 

El pelinegro tenía unas enormes ganas de gritarle, pero el hambre y la falta de energía le ganaron y sin más mordió al pequeño animalito y le succionó toda la sangre.

La sangre de la pequeña ardilla no sacio su sed, pero al menos le ayudaba para recuperar un poco su energía y curar en un cierto punto sus heridas.

 

- ¿Cómo sabes que es por este lado? – pregunto Jaejoong intentando romper el frio silencio que los rodeaba. Yunho era el que guiaba.

- No lo sé – se limitó a responder el lobo.

- ¿Qué?

- Soy un lobo, me conecto con la naturaleza, es el bosque el que me guía.

-No te entiendo.

- Los lobos estamos conectados con la naturaleza, no necesitamos saber el camino de vuelta a casa, el bosque, los árboles, todo a nuestro alrededor nos indica hacia donde caminar.

-mmmm… - Jaejoong no sabía que decir, la conexión que tenían esos seres le fascino – estoy cansado, ya va a oscurecer, ¿podemos descansar y seguir mañana? – si no fuera porque en verdad estaba muy cansado no le rogaría a un hombre lobo.

-¡tsk! Está bien – Yunho se detuvo. Miro a su alrededor, un gran árbol se alzaba a su derecha, sin pensarlo dio un salto y se recostó en la rama más gruesa de este – tu puedes dormir en el suelo – hablo desde lo alto.

 

Jaejoong resoplo. Estaba fatigado, con rabia y unas enormes ganas de moler a golpe a su compañero sin ninguna razón aparente.

Resignado se recostó bajo el árbol, era una noche helada, pero no sentía el frio.

Aburrido y con curiosidad miro hacia arriba donde el castaño apoyaba su espalda en la corteza del árbol y miraba la luna.

Jaejoong iba a decir algo pero el lobo se le adelanto.

 

-Yunho…

-¿mmmh?

-Me llamo Jung Yunho. Hemos estado perdidos desde la mañana y no nos hemos presentado.

-Me llamo Kim. Kim Jaejoong – respondió el vampiro a la presentación.

 

El silencio volvió a reinar.

 

- eh… mmm – Jaejoong no sabía cómo preguntar lo que en su cabeza daba vueltas – Tuviste la oportunidad. Pero no me mataste. ¿Por qué? – hablo al fin.

- No mato a mis victimas cuando están indefensas. Pero eso no significa que cuando salgamos de este lugar no te matare. Además puedo tenerte de rehén y someterte a que me digas todos los planes de los chupa sangre. Y luego de eso te matare.

 

El cuerpo del pelinegro se estremeció al oír eso.

 

- Sanas rápido – hablo Jaejoong

- Hoy es luna nueva – la luz de la luna chocaba en su rostro – Mi raza de vuelve más fuerte cuando la luna esta en esa fase.

 - ¿Y la luna llena? – Pregunto Jaejoong.

- Ahí nos volvemos locos, no nos podemos controlar. La luna llena nos descontrola, es por eso que existen las historias de terror con esa luna, como no nos podemos controlar atacamos a quien sea.

 

Jaejoong guardo silencio, no porque no quisiera hablar, sino porque ya no sabía que preguntar.

 

- Ustedes – Esta vez hablo Yunho – A los vampiros, ¿qué es lo que los vuelve locos?

- La sangre – Respondió sin titubear – Bueno no la sangre en sí, sino más bien la falta de esta. Cuando a nuestro cuerpo le escasea la sangre nos volvemos débiles…

- Por eso no pudiste curar tus heridas.

-Exacto. Cuando pasas mucho tiempo sin ingerir pasas de débil a desquiciado y es ahí donde atacas sin control.

- ¿hace cuanto que eres vampiro? – pregunto Yunho.

- Desde hace… pues no recuerdo – Jaejoong intento recordar cuando fue el momento en que perdió su alma, pero tan solo tenía recuerdos cuando su padre, Kim Suk Won lo encontró mientras atacaba la granja de un pobre granjero – Tan solo recuerdo que el momento en que te muerden duele como los mil infiernos, sientes tu cuerpo quemar por dentro y tus pulmones se niegan a ingresar aire. Pero lo que más duele de todo eso, es sentir como tu corazón se va deteniendo poco a poco.

 

Después de estas pequeña confesión entre dos criaturas que se odian a muerte. Nadie volvió a hablar.

 

 

 *~*~*~*~*

 

 

A la mañana siguiente Yunho fue el primero en despertar y tal como subió al árbol, de un solo salto se bajó.

Aterrizo a centímetros de Jaejoong quien por el impacto despertó alarmado.

 

- Podrías ser más considerado para la próxima.

- No – Respondió tajante – Además no habrá próxima, hoy saldremos de este bosque y volveremos a pelear como los animales que somos.

- Tú eres un animal – Respondió Jaejoong irritado.

- Lo que tú digas. Muévete.

 

Eran las 3 de la tarde y el sol estaba a su máximo esplendor, sería un buen día de picnic si no estuvieras perdido en el bosque con tu peor enemigo, cansado y muerto de hambre. Jaejoong sentía que estaba por perder el control. Su cena, la pequeña ardilla que le había dado Yunho, no era lo suficiente para tener un control pleno en su cuerpo.

Si no encontraba donde enterrar sus colmillos pronto, le vendrían los efecto de la abstinencia.

 

- Yunho… - susurro – necesito descansar.

- descansamos hace cinco minutos, no nos detendremos otra vez.

 

El cuerpo de Jaejoong estaba comenzando a temblar, su mirada se tornaba borrosa, sus fosas nasales se dilataban detectando cualquier gota de sangre que estuviera cerca de él. Sus ojos se tornaban rojos.

Los olores y sonidos a su alrededor lo estaban volviendo loco, necesitaba sangre ahora ya. Y para su mala suerte, Yunho se acababa de hacer una herida en su ante brazo con una rama.

La gota de sangre que salía del pequeño rasguñó, fue su perdición.

A una gran velocidad se abalanzo contra Yunho.

 

- Pero qué demonios. Jaejoong cálmate – Yunho se dio cuenta del estado del pelinegro.

 

Jaejoong no escuchaba los gritos que le daba Yunho, el tan solo estaba concentrado en la sangre que corría por las venas de este, casi podía escuchar su corazón bombear el líquido rojo.

Volvió a abalanzarse hacia el hombre lobo, que con su fuerza tomo el delgado cuerpo del vampiro y lo lanzo contra un árbol. Su espalda dio directo contra el tronco. Pero esto no lo detuvo. Volvió a atacarlo, esta vez utilizando sus garras logro herirlo a la altura de su pecho, haciendo que más sangre brotara de este. Lo volvió aún más loco.

Yunho volvió a lanzar el cuerpo de Jaejoong por los aires y emprendió corrida. Seguido por el vampiro. El castaño se detuvo justo al borde de una quebrada de unos ocho metros de alturas. Jaejoong lo tenía acorralado. Como antes el pelinegro volvió a lanzarse contra el castaño y como si la historia se volviera a repetir. Ambos cayeron.

Entre combos y patadas Yunho hacia todo lo posible para alejar los colmillos de Jaejoong de su cuerpo.

Cuando dejaron de rodar y llegaron al final de su caída, el lobo aprovecho el momento de distracción y se colocó encima de Jaejoong, tomando sus brazos sobre su cabeza e inmovilizando sus piernas con las de él.

Ahora no sabía qué hacer, el sujeto que estaba debajo de él estaba completamente loco lo podía ver en sus ojos rojos y la fuerza que estaba implementando para liberase. Yunho tenía más fuerza que él y esto provocaba que pequeñas heridas se formaran en las muñecas de Jaejoong.

Sin nada más que hacer. Hizo lo primero que se le vino a la mente. Acerco su rostro al del vampiro, sus respiraciones chocaron, luego susurro en su oído.

 

- Solo por esta vez, Jaejoong – acerco su cuello a la boca del vampiro.

 

Sin siquiera pestañar, Jaejoong mordió el cuello del moreno.

Yunho sintió un fuerte dolor, gimió y como reflejo apretó más las muñecas del pelinegro.

Jaejoong seguía chupando la sangre del lobo, para su paladar esta sabia exquisito, un sabor dulce, metalizado y espeso, sin duda la mejor sangre que había probado.

Luego de unos minutos la situación dio un vuelco de 180° Jaejoong ya no chupaba sangre por necesidad, sino porque quería, Yunho le había liberado sus muñecas y ahora lo tenía abrazo de la cintura pegando ambos cuerpos, la situación se había vuelto caliente.

Mientras que Jaejoong perdía su tiempo en besar y lamer el cuello del Yunho, este se dedicaba a pasar sus manos por debajo de la ropa del pelinegro.

Sin siquiera saber cómo llegaron a este punto, sus labios se habían único en un beso salvaje, sus lenguas luchaban una contra la otra y un rastro de saliva caía por la comisura de sus labios.

Los labios de Jaejoong aun tenían rastros de sangre de Yunho y este no dudo en pasar su lengua sobre sus labios limpiándolos y saboreando su propia sangre. Yunho mordió el labio inferior de Jaejoong haciendo que este soltara un leve gemido, pero lo suficiente poderoso para romper el momento.

Ambos se separaron bruscamente Yunho se puso de pie y miro a todos lados menos a Jaejoong que aún seguía en el suelo.

El pelinegro se levantó, arreglo y sacudió su ropa.

 

- Ya… ya – Yunho aclaro su garganta – ¿Ya estas mejor? – lo miraba de reojo.

-Eh… si, si ya estoy mejor – Jaejoong estaba muy nervioso por lo ocurrido.

- Bueno, entonces…. Andando.

 

En el resto del día, la camina fue en completo silencio, ninguno de los dos sabía que decir, cada vez que se miraban los recuerdo les atacaban.

Los últimos rayos del sol se estaban apagando, pero para alegría de ambos el pueblo estaba a unos 8 kilómetros de distancia. Quien pensaría que el rio los habría arrastrado tanto.

Un ruido sorprendió a ambas criaturas que después de un día entero se miraron, tan solo con una señal por parte de Yunho, Jaejoong supo que andaba cerca, guardaron silencio y se escondieron detrás de unos arbustos, la cercanía les ponía nervioso.

Los ruidos se hicieron más fuertes, se escuchaban unas pisadas muy fuertes y algo siendo arrastrado.

Estuvieron atentos a lo que se podría aparecer. Agudizaron su vista, hasta que entre los arboles apareció una criatura de grandes proporciones, con garras y dientes filosos. Sus ojos eran negros y su piel era verdosa oscura. Era un demonio y no cualquier demonio, era  Abaddon, quien llevaba a arrastrar un cadáver descuartizado.

Todo ser nocturno, licántropo, brujo, vampiros, entre otros. Sabían que nunca debían meterse con los demonios, los hijos de Satán y menos con Abaddon que entre los de su clase era el más temido.

Yunho y Jaejoong se quedaron congelados ante tal imagen y comprendieron quien era el causante de las extrañas muertes y que su guerra era inútil.

Yunho silenciosamente tomo la muñeca de Jaejoong y le hizo una señal para que lo siguiera sin hacer ruido.

Ambos retrocedieron aguantando el aire. Cuando por fin estuvieron a unos metros fuera del alcance de vista de Abaddon, corrieron.