martes, 24 de febrero de 2015

50 sombras de Jung [Cap 10]


Capítulo 10


 

Me aleja de golpe, me estremezco. Se sienta en la cama y tira el condón usado a la cesta de basura.

-Vamos, necesitamos vestirnos… eso si quieres conocer a mi madre –Sonríe, salta fuera de la cama y se pone los jeans. Lucho por sentarme mientras sigo atado

-Yunho… no puedo moverme

Su sonrisa se hace más grande, se inclina y desata la corbata. El patrón de tejido ha dejado una marca alrededor de mis muñecas. Es… sexy, me mira, se nota que está divertido. Besa mi frente y me sonríe abiertamente

-Otra primera  vez –Reconoce, pero no tengo ni idea de lo que está hablando

-No tengo ropa limpia aquí –De repente siento pánico ¡Su madre! No tengo nada de ropa y prácticamente  nos descubrió  con las manos en la masa –Tal vez debería quedarme aquí

-Oh no, no lo harás –Amenaza Yunho –Puedes usar algo mío – Se ha puesto una camiseta blanca y pasa una mano por su cabello de recién follado.  A pesar de mi ansiedad pierdo el tren de mi pensamiento. ¿Me acostumbraré alguna vez a ver a este hombre?

-Pero…

-Jaejoong, podrías estar usando un saco de papas y te verías encantador. No te preocupes. Me gustaría que conocieras a mi madre –Su boca se presiona en una línea dura –Te esperaré solo cinco minutos, si no sales vendré aquí y te arrastrare hasta mi madre en lo que sea que estés usando. Mis camisetas están en el cajón y mis camisas en el armario. Busca tú mismo –Sus ojos me miran especulativamente por un momento y deja la habitación

Mierda. La madre de Yunho. Esto es mucho más de lo que esperaba, tal vez conocerla pondrá una pequeña parte del rompecabezas en su lugar. Puede ayudarme a entender por qué Yunho es como es. Recojo mi ropa del suelo y estoy asombrado al descubrir que no está arrugada, pero si hay algo que odio es no usar ropa interior limpia. Busco a través de los cajones y escojo unos Calvin Klein grises ajustados. Entro al baño y me arreglo el cabello con los dedos. Respiro aliviado al darme cuenta que la ropa cubre el patrón que la corbata de Yunho dejo en mis muñecas. Ya más tranquilo me dirijo a la sala principal

-Aquí está él –Yunho se pone de pie

Su expresión es cálida y apreciativa. La mujer de cabello arenoso junto a él se gira y me sonríe, esta impecablemente vestida en un traje de falda color marrón. Se ve arreglada, elegante y hermosa y yo muero por dentro, sabiendo que me veo como un desastre.

-Madre, este es Kim Jaejoong. Jaejoong esta es Jung HyoEun

-Que placer conocerte –murmura. Si no me equivoco hay sorpresa y algo de alivio en su voz. Hago una reverencia y no puedo evitar sonreír con calidez –Entonces, ¿Cómo se conocieron? –Mira  de manera interrogante a Yunho, incapaz de ocultar su curiosidad.

-Jaejoong me entrevistó para el periódico de su universidad  porque estaré entregando los títulos esta semana

Doble mierda. Había olvidado eso

-Entonces, ¿Te graduaras esta semana? –Pregunta HyoEun

-Sí

Mi celular comienza a sonar. Estoy seguro de que es Junsu.

-Discúlpenme –Está en la cocina. Me acerco y me inclino sobre la barra de desayuno, sin verificar el número –Junsu.

-¡Dios Mios! ¡Jae! –Oh mierda, es Changmin – ¿Dónde estás? He intentado contactarte. Necesito verte, disculparme por mi comportamiento del otro día. ¿Por qué no me has contestado las llamadas?

-Changmin, ahora no es un buen momento –Miro ansioso a Yunho que me está mirando intensamente, su rostro impasible mientras le murmura algo a su mamá. Le doy la espalda.

-¿Dónde estás? Junsu está siendo muy evasivo – se queja.

-Estoy ocupado.

-¿Estás con él?

-Changmin, te llamaré más tarde. No puedo hablar contigo ahora –Cuelgo.

Camino con indiferencia de regreso hacia Yunho y su madre. HyoEun se encuentra en plena diatriba.

-… Y Yoochun llamó para decir que estabas por aquí. No te he visto en dos semanas, querido.

-¿Lo hizo? –Murmura Yunho, mirándome con expresión indescifrable.

-Pensé que tal vez podríamos almorzar juntos, pero puedo ver que tienes otros planes y no quiero interrumpir tu día –Toma su largo abrigo y se gira hacia él ofreciéndole su mejilla. Yunho la besa brevemente, de forma dulce. Ella no lo toca –Jaejoong, ha sido un placer. Espero que nos encontremos otra vez –Dicho eso camina hacia la puerta.

Yunho me mira.

-Entonces, ¿el fotógrafo llamó?

Mierda.

-Sí.

-¿Qué quería?

-Solo disculparse, ya sabes… por lo del viernes.

Yunho entrecierra los ojos.

-Ya veo –Dice simplemente. De un segundo a otro Kangin aparece.

-Señor Jung, hay un problema con los envíos.

-¿Charlie Tango está en el aeródromo?

-Sí señor –Kangin asiente en mi dirección –Joven Kim.

Le sonrío en respuesta y él se da vuelta y se va.

-¿Kangin vive aquí?

-Sí –Su tono es cortante ¿cuál es su problema?

Yunho toma su BlackBerry y empieza a hacer una llamada. Mientras habla me está mirando mientras yo estoy de pie, me siento tan fuera de lugar.

-No pondré a ninguna tripulación en riesgo. No, cancelalo… evitaremos el aire en su lugar… Bien –La calidez en sus ojos ha desaparecido. Parece distraído y mirándome una vez se dirige a su estudio y vuelve un momento después –Este es el contrato. Léelo y lo discutiremos el próximo fin de semana. Te sugiero que investigues al respecto para que estés al tanto de lo que está en juego –Hace una pausa –Eso si estás de acuerdo y de verdad espero que lo estés –Agrega en un tono más suave, ansioso.

-Está bien –Me entrega un sobre.

-Toma tus cosas, iremos de regreso a tu casa y almorzaremos algo en el camino. Necesito vestirme.

-Sólo haré una llamada –Murmuro. Quiero escuchar la voz de Junsu. Yunho me mira y frunce el ceño.

-¿Al fotógrafo? –Su quijada se torna rígida y su mirada quema. Lo miro –No me gusta compartir, Joven Jaejoong. Recuérdalo –El tono de su voz suena como una advertencia, con una larga y fría mirada hacia mí, se dirige de nuevo a su habitación.

Mierda. Solo quería llamar a Junsu, quiero gritarle, pero su repentina frialdad me deja paralizado. ¿Qué ocurrió con el generoso, relajado y sonriente hombre que me estaba haciendo el amor hace menos de una hora?

***********************

-¿Listo? –Pregunta Yunho mientras nos detenemos junto a las puertas del vestíbulo.

Asiento de manera vacilante. Volvió a su personaje distante, amable, tenso, su máscara de nuevo puesta y en marcha. Kangin sostiene la puerta abierta para nosotros y nos conduce a través de ella. Yunho llama al ascensor.

-¿Qué pasa Jaejoong? –pregunta, es como si supiera que estoy analizando las cosas en mi mente. Extiende su mano y tira de mi barbilla –Deja de morderte el labio o tendremos sexo en el ascensor y no me importa quien entre con nosotros.

Me sonrojo, pero hay un atisbo de sonrisa en sus labios, finalmente su estado de ánimo parece estar cambiando,

-Yunho, tengo un problema.

-¿Ah sí? –Tengo toda su atención.

El ascensor llega, entramos y Yunho presiona el botón del piso al que vamos.

-Bueno –Me sonrojo- Tengo que hablar con Junsu. Tengo muchas preguntas sobre sexo y estás demasiado involucrado. Si quieres que haga todas las cosas, ¿cómo puedo saber…? –Hago una pausa tratando de encontrar las palabras adecuadas –Simplemente no tengo términos de referencia.

Pone los ojos en blanco en mi dirección.

-Habla con él si es necesario –Suena exasperado –Asegurate de que no le mencione nada a Yoochun.

Me enfada la situación. Junsu no es así.

-No haría eso y no te diría nada de lo que me diga de Yoochun, si llegara a decirme algo –Añado rápidamente.

-La diferencia es que yo no quiero saber sobre la vida sexual de Yoochun –Murmura Yunho secamente.

-Está bien.

Sus labios se curvan y niega con la cabeza.

-Cuanto antes tenga tu sumisión mejor, así podremos detener esto.

-¿Detener qué?

-Tú, desafiándome –Estira su mano hacia abajo, ahueca mi barbilla y planta un beso rápido y dulce en mis labios mientras las puertas del ascensor se abren. Toma mi mano y me guia dentro del garaje subterráneo.

Entramos en su auto negro y luego de unos minutos nos encontramos en un bello restaurante. La decoración es rústica: sillas y mesas al azar con manteles de cuadritos, flores silvestres en floreros pequeños.

-No he estado aquí en un tiempo –El camarero toma la orden de nuestras bebidas. Se sonroja cuando ve a Yunho, evita el contacto con él, escondiéndose bajo sus mechones largos de cabello. ¡A él le gusta!

-Dos vasos de Pinot Grigio –Dice Yunho con una voz de autoridad. El camarero se retira y Yunho me mira – Le gustaste a mi madre –Dice secamente.

-¿En serio? –Sus palabras me hacen sentir bien.

-Sí. Sabes Jejoong, ha sido un fin de semana de novedades para mí –Dice en voz baja.

-¿Lo ha sido?

-Nunca he dormido con nadie, nunca he tenido sexo en mi cama, nunca volé con alguien que me interesara en Charlie Tango, nunca le presente a nadie a mi madre ¿Qué me estás haciendo? –Sus ojos arden, su intensidad me quita el aliento.

El camarero llega con nuestras copas de vino y de inmediato tomo un rápido sorbo. ¿Se está abriendo o simplemente haciendo una observación casual?

-Realmente he disfrutado este fin de semana –Murmuro. Entrecierra sus ojos hacia mi otra vez.

-Deja de lamerte el labio –Gruñe –Yo también.

El camarero nos trae sopa. Ambos lo miramos de manera dudosa.

-Sopa de ortiga –Nos informa antes de retirarse. No creo que a él le guste ser ignorado por Yunho. Pruebo la sopa, está deliciosa. Yunho y yo levantamos la mirada el uno hacia el otro al mismo tiempo con alivio. Me río y él inclina su cabeza hacia un lado.

-Ese es un sonido hermoso –Murmura.

-¿Por qué nunca has tenido sexo vainilla antes? ¿Siempre has hecho… eh, lo que has hecho? –Pregunto, intrigado.

Asiente con la cabeza lentamente.

-Más o menos –Su voz es cautelosa. Frunce el ceño por un momento y parece estar involucrado en una lucha interna. Luego levanta la vista, con una decisión tomada –Una de las amigas de mi madre me sedujo cuando tenía quince años.

-Oh –Mierda, eso no me lo esperaba.

-Tenía gustos muy particulares. Fui su sumiso durante seis años –Se encoge de hombros.

-Oh –Es todo lo que puedes decir Jaejoong. Mi cerebro se ha congelado.

-Así que sé lo que implica, Jaejoong –Sus ojos brillan con comprensión. Lo miro, incapaz de articular nada –Realmente no tuve una introducción común al sexo.

La curiosidad se activa.

-¿Así que nunca saliste con alguien en la universidad?

-No –Niega con la cabeza para enfatizar el punto.

El camarero toma nuestros platos, interrumpiéndonos por un momento,

-¿Por qué? –Le pregunto cuándo se ha ido.

Sonríe sarcásticamente.

-¿De verdad quieres saber?

-Sí

-No quería hacerlo. Ella era todo lo que quería, lo que necesitaba. Y, además, me habría golpeado terriblemente –Sonríe con cariño ante el recuerdo.

-Si era amiga de tu madre, ¿qué edad tenía?

Sonríe.

-Edad suficiente para saber desempeñarse mejor,

-¿Todavía la ves?

-Sí

-¿Todavía... eh… -Dudo

-No –Niega con la cabeza y me sonríe –Es una muy buena amiga.

El camarero regresa con carne de venado, pero mi apetito ha desaparecido. Que revelación. Yunho el sumiso. Todas estas revelaciones me hacen pensar aún más.

-Come, Jaejoong.

-En realidad no tengo hambre, Yunho –Estoy confundido.

-Come –Dice en voz baja, muy baja.

Lo miro. Así es como será si firmo: ordenándome. Frunzo el ceño. ¿Quiero esto  Tomo mi servicio y empiezo a comer.

-¿Es así como nuestra relación será? –Susurro -¿Tú, ordenándome?

-Sí.

-Ya veo.

-Y lo que es más, querrás que lo haga –Añade en voz baja.

Sinceramente lo dudo.

-Es un gran paso –Murmuro

-Lo es –Cierra sus ojos un instante. Cuando los abre están amplios y serios –Jaejoong, tienes que ir con tus instintos. Has la investigación, lee el contrato, estaré feliz de discutir contigo al respecto –Sus palabras vienen a mi apresuradamente –Llámame, tal vez podamos cenar. Realmente quiero hacer funcionar esto. De hecho, nunca he querido nada tanto como quiero que esto funcione.

Su sinceridad quema, su anhelo se refleja en sus ojos. Esto es principalmente lo que no comprendo. ¿Por qué yo?

-¿Qué paso con los que estuvieron antes que yo?

Levanta sus cejas con sorpresa, luego luce resignado, negando con su cabeza.

-Varias cosas, pero se reduce a… -Hace una pausa, tratando de encontrar las palabras, creo –Incompatibilidad –Se encoge de hombros.

-¿Y crees que yo podría ser compatible contigo?

-Sí.

-¿Así que ya no estás viendo a ninguno de ellos?

-No, Jaejoong, no lo hago. Soy monógamo en mis relaciones.

-Ya veo.

-Investiga, Jaejoong.

Bajo mi servicio. No puedo comer más.

-¿Eso es todo? ¿Eso es todo lo que vas a comer?

Asiento con la cabeza. Me frunce el ceño, pero no me dice nada. Lo veo mientras devora todo su plato, come como un caballo. Debe hacer ejercicio para mantenerse en tan buena forma. El recuerdo de la forma en que su pantalón cuelga de sus caderas viene espontáneamente a mi mente. La imagen es totalmente distractora. Me retuerzo incómodo. Levanta la vista hacia mí y me sonrojo.

-Daría cualquier cosa por saber lo que estás pensando en este preciso momento –Murmura y me sonrojo aún más. Me sonríe con una sonrisa malvada –Puedo adivinar –Bromea en voz baja.

-Me alegro de que no puedas leer mi mente.

-Tu mente no, Jaejoong, pero tu cuerpo lo he llegado a conocer bastante bien –Su voz es sugerente ¿Cómo es que cambia tan rápidamente de un estado de ánimo a otro? Es tan voluble, es difícil seguir su ritmo.

Le hace gestos al camarero y le pide la cuenta. Una vez que ha pagado se para y me extiende su mano.

-Ven –Tomando mi mano me lleva de vuelta al automóvil

El viaje hasta mi casa transcurrió en silencio. Cuando estaciona fuera de mi departamento son las cinco de la tarde. Apaga el motor y me doy cuenta de que voy a tener que dejarlo.

-¿Quieres entrar? –Le pregunto, no quiero que se vaya.

-No. Tengo trabajo que hacer –Dice simplemente, mirándome con una expresión inescrutable.

Miro mis manos mientras junto mis dedos. Estirando su mano, toma una de las mías y lentamente la lleva hasta su boca, con ternura besando el dorso de mi mano, como un gesto dulce y pasado de moda.

-Gracias por este fin de semana, Jaejoong. Ha sido… el mejor. ¿Miércoles? Te iré a buscar a tu trabajo.

--Miércoles –Susurro.

Ambos salimos del auto y caminamos hasta la puerta.

-Oh… Por cierto, llevo tu ropa interior –Le ofrezco una pequeña sonrisa y levanto la cinturilla del bóxer que llevo para que pueda ver. La boca de Yunho cae abierta, sorprendido. Qué gran reacción. Mi humor cambia inmediatamente y entro pavoneándome en la casa, parte de mi queriendo saltar y lanzar el puño al aire.

Junsu está en la sala de estar empaquetando sus libros en cajas.

-Estás de vuelta, ¿dónde está Yunho? ¿Cómo estás? –Su voz es febril, ansiosa y salta hacia mí agarrando mis hombros -¿Cómo te fue?

No puedo dejar de sonreír ante su preocupación y su ardiente curiosidad, pero de repente, me siento tímido. Sé que tengo que darle algunos detalles porque no me dejara en paz hasta que lo haga.

-Fue bien, Junsu. Muy bien, creo –Digo tranquilamente, intentando esconder mi vergonzosa sonrisa que lo dice todo.

-Me alegro –Me guiña el ojo –Así que, ¿cuándo vas a verlo de nuevo?

 -El miércoles. Vamos a cenar.

-¿Así que todavía te gusta?

-Sí. Pero no sé acerca del… futuro.

-¿Por qué?

-Él es complicado, Junsu. Tú sabes… vive en mundo muy diferente al mío –Gran excusa, muy creíble, mucho mejor que: tiene un salón rojo del dolor y quiere hacerme su esclavo sexual.

-Oh por favor, no dejes que esto sea por el dinero por el dinero, Jae. Yoochun dice que es muy insólito para Yunho salir con alguien.

-¿Lo dijo? –Mi voz se alza.

-Sí. Jae, te ves diferente.

-Me siento diferente, Dolorido.

-¿Te duele?

-Un poco.

-A mi igual –Dice simulando estar molesto –Son animales –Ambos nos reímos.

-¿Estás adolorido? –Exclamo

-Sí… uso excesivo.

Me rio tontamente por su respuesta.

-Cuéntame sobre el uso excesivo de Yoochun –Le digo cuando he parado de reir.

Junsu se sonroja. Oh Dios. Nunca lo había visto reaccionar de esta manera antes.

-Oh, Jae –Deja salir a borbotones –Él es tan… Todo. Y cuando nosotros… oh… realmente bueno.

-Creo que estás intentando decirme que te gusta.

Asiente.

-Voy a verlo el sábado. Nos va a ayudar a mudarnos.

-Es muy amable de su parte.

-Sí. Te llegaron un par de cartas y Changmin estuvo llamando hora tras hora. Sonaba desesperado.

-Lo llamaré- Murmuro evasivamente. Recojo las cartas del comedor y las abro -¡Tengo entrevistas de trabajo! La semana siguiente, ¡para las plazas de practicantes!

-¿Para cuantas editoriales?

-¡Para dos!

-Te dije que tus calificaciones te abrirían puertas, Jae –El teléfono suena interrumpiendo nuestra conversación.

-Será Changmin –Suspiro –Hola.

-Jae, ¡regresaste! –Grita Changmin con alivio.

-Obviamente –El sarcasmo se filtra en mi voz  y pongo los ojos en blanco.

Changmin se queda en silencio un momento.

-¿Puedo verte? Siento mucho lo que paso. Estaba ebrio. Jae por favor, perdóname.

-Te perdono Changmin. Solo no lo hagas otra vez. Sabes que no me siento de ese modo por ti.

Suspira pesadamente, triste,

-Lo sé, Jae. Entonces, ¿estás con él?

-Changmin, no estoy con nadie.

-Pero pasaste la noche con él.

-Eso no es asunto tuyo.

-¿Es por el dinero?

-¡Changmin! ¡Cómo te atreves! –Le grito.

-Jae –Se queja y se disculpa simultáneamente. No puedo hacer frente a sus celos mezquinos ahora. Sé que está herido, pero no puedo hacer nada,

-Quizá podamos tomar un café o algo mañana –Soy conciliador, es mi amigo. Estoy encariñado con él, pero ahora mismo, no necesito esto.

-Mañana entonces, ¿llamarás? –La esperanza en su voz retuerce mi corazón.

-Sí, adiós Changmin –Cuelgo sin esperar respuesta.

-¿De qué trataba todo eso? –Demanda Junsu.

Decido que la honestidad es lo mejor.

-Intento besarme el viernes.

-¿Changmin? ¿En qué estaba pensando? –Sacude la cabeza con disgusto y vuelve a embalar cosas en las cajas.

Cuarenta y cinco minutos más tarde dejamos de hacer el equipaje para poder comer.

El teléfono suena nuevamente, es Yoochun. Junsu me guiña y salta a su habitación como si tuviera catorce años ¿Qué es lo que tiene la familia Jung?

Paso los canales de televisión, pero en el fondo, sé que solo estoy postergando el tema del contrato.

Pongo mi cabeza en mis manos. Una parte de mi quiere correr y esconderse. ¿Qué voy a hacer? Sus ardientes ojos y su intensa mirada entran en mi mente, mi cuerpo se tensa ante el pensamiento. Me corta la respiración y ni siquiera está aquí. ¿Esto no puede ser solo acerca del sexo o sí? Recuerdo sus bromas gentiles esta mañana en el desayuno, su alegría por mi deleite con el paseo en helicóptero, él tocando el piano… La dulce y triste música llena de alma.

Recojo mis cosas y deambulo sin ganas hasta mi dormitorio. Estoy muy cansado por todo lo que hice estos días y por el dilema en el que estoy. Me siento en la cama y con cuidado tomo el sobre que me dio girándolo una y otra vez entre mis manos ¿Realmente quiero saber la extensión de la depravación de Yunho? Es muy desalentador. Tomo una respiración profunda y con el corazón en la garganta, abro el sobre.




1 comentario:

  1. Hola!!!! Espero que todavía estés por allá, sería una lástima quue ya no continuaras este fic, realmente me a gustado hasta ahora ( la realidad es que para nada he visto la peli ni he leído nada de las 50 sombras de Grey y ni se me antoja sin ofender) pero esta adaptación me ha llamado mucho y me gustaría seguir leyendola. Así que espero que actualices y la continues.
    Saludos y que estés bien .

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