Capítulo 10
Me aleja de golpe,
me estremezco. Se sienta en la cama y tira el condón usado a la cesta de
basura.
-Vamos,
necesitamos vestirnos… eso si quieres conocer a mi madre –Sonríe, salta fuera
de la cama y se pone los jeans. Lucho por sentarme mientras sigo atado
-Yunho… no
puedo moverme
Su sonrisa
se hace más grande, se inclina y desata la corbata. El patrón de tejido ha
dejado una marca alrededor de mis muñecas. Es… sexy, me mira, se nota que está
divertido. Besa mi frente y me sonríe abiertamente
-Otra
primera vez –Reconoce, pero no tengo ni
idea de lo que está hablando
-No tengo
ropa limpia aquí –De repente siento pánico ¡Su madre! No tengo nada de ropa y
prácticamente nos descubrió con las manos en la masa –Tal vez debería
quedarme aquí
-Oh no, no
lo harás –Amenaza Yunho –Puedes usar algo mío – Se ha puesto una camiseta
blanca y pasa una mano por su cabello de recién follado. A pesar de mi ansiedad pierdo el tren de mi
pensamiento. ¿Me acostumbraré alguna vez a ver a este hombre?
-Pero…
-Jaejoong,
podrías estar usando un saco de papas y te verías encantador. No te preocupes.
Me gustaría que conocieras a mi madre –Su boca se presiona en una línea dura
–Te esperaré solo cinco minutos, si no sales vendré aquí y te arrastrare hasta
mi madre en lo que sea que estés usando. Mis camisetas están en el cajón y mis
camisas en el armario. Busca tú mismo –Sus ojos me miran especulativamente por
un momento y deja la habitación
Mierda. La madre de Yunho. Esto es mucho más de lo que esperaba,
tal vez conocerla pondrá una pequeña parte del rompecabezas en su lugar. Puede
ayudarme a entender por qué Yunho es como es. Recojo mi ropa del suelo y estoy
asombrado al descubrir que no está arrugada, pero si hay algo que odio es no
usar ropa interior limpia. Busco a través de los cajones y escojo unos Calvin
Klein grises ajustados. Entro al baño y me arreglo el cabello con los dedos.
Respiro aliviado al darme cuenta que la ropa cubre el patrón que la corbata de
Yunho dejo en mis muñecas. Ya más tranquilo me dirijo a la sala principal
-Aquí está
él –Yunho se pone de pie
Su expresión
es cálida y apreciativa. La mujer de cabello arenoso junto a él se gira y me
sonríe, esta impecablemente vestida en un traje de falda color marrón. Se ve
arreglada, elegante y hermosa y yo muero por dentro, sabiendo que me veo como
un desastre.
-Madre, este
es Kim Jaejoong. Jaejoong esta es Jung HyoEun
-Que placer
conocerte –murmura. Si no me equivoco hay sorpresa y algo de alivio en su voz.
Hago una reverencia y no puedo evitar sonreír con calidez –Entonces, ¿Cómo se
conocieron? –Mira de manera interrogante
a Yunho, incapaz de ocultar su curiosidad.
-Jaejoong me
entrevistó para el periódico de su universidad porque estaré entregando los títulos esta
semana
Doble mierda. Había olvidado eso
-Entonces,
¿Te graduaras esta semana? –Pregunta HyoEun
-Sí
Mi celular
comienza a sonar. Estoy seguro de que es
Junsu.
-Discúlpenme
–Está en la cocina. Me acerco y me inclino sobre la barra de desayuno, sin
verificar el número –Junsu.
-¡Dios Mios!
¡Jae! –Oh mierda, es Changmin – ¿Dónde
estás? He intentado contactarte. Necesito verte, disculparme por mi
comportamiento del otro día. ¿Por qué no me has contestado las llamadas?
-Changmin,
ahora no es un buen momento –Miro ansioso a Yunho que me está mirando
intensamente, su rostro impasible mientras le murmura algo a su mamá. Le doy la
espalda.
-¿Dónde
estás? Junsu está siendo muy evasivo – se queja.
-Estoy
ocupado.
-¿Estás con
él?
-Changmin,
te llamaré más tarde. No puedo hablar contigo ahora –Cuelgo.
Camino con
indiferencia de regreso hacia Yunho y su madre. HyoEun se encuentra en plena
diatriba.
-… Y Yoochun
llamó para decir que estabas por aquí. No te he visto en dos semanas, querido.
-¿Lo hizo? –Murmura
Yunho, mirándome con expresión indescifrable.
-Pensé que
tal vez podríamos almorzar juntos, pero puedo ver que tienes otros planes y no
quiero interrumpir tu día –Toma su largo abrigo y se gira hacia él ofreciéndole
su mejilla. Yunho la besa brevemente, de forma dulce. Ella no lo toca –Jaejoong,
ha sido un placer. Espero que nos encontremos otra vez –Dicho eso camina hacia
la puerta.
Yunho me
mira.
-Entonces,
¿el fotógrafo llamó?
Mierda.
-Sí.
-¿Qué
quería?
-Solo
disculparse, ya sabes… por lo del viernes.
Yunho
entrecierra los ojos.
-Ya veo –Dice
simplemente. De un segundo a otro Kangin aparece.
-Señor Jung,
hay un problema con los envíos.
-¿Charlie
Tango está en el aeródromo?
-Sí señor –Kangin
asiente en mi dirección –Joven Kim.
Le sonrío en
respuesta y él se da vuelta y se va.
-¿Kangin
vive aquí?
-Sí –Su tono
es cortante ¿cuál es su problema?
Yunho toma
su BlackBerry y empieza a hacer una llamada. Mientras habla me está mirando
mientras yo estoy de pie, me siento tan fuera de lugar.
-No pondré a
ninguna tripulación en riesgo. No, cancelalo… evitaremos el aire en su lugar…
Bien –La calidez en sus ojos ha desaparecido. Parece distraído y mirándome una
vez se dirige a su estudio y vuelve un momento después –Este es el contrato.
Léelo y lo discutiremos el próximo fin de semana. Te sugiero que investigues al
respecto para que estés al tanto de lo que está en juego –Hace una pausa –Eso si
estás de acuerdo y de verdad espero que lo estés –Agrega en un tono más suave,
ansioso.
-Está bien –Me
entrega un sobre.
-Toma tus
cosas, iremos de regreso a tu casa y almorzaremos algo en el camino. Necesito
vestirme.
-Sólo haré
una llamada –Murmuro. Quiero escuchar la voz de Junsu. Yunho me mira y frunce
el ceño.
-¿Al
fotógrafo? –Su quijada se torna rígida y su mirada quema. Lo miro –No me gusta
compartir, Joven Jaejoong. Recuérdalo –El tono de su voz suena como una
advertencia, con una larga y fría mirada hacia mí, se dirige de nuevo a su
habitación.
Mierda. Solo
quería llamar a Junsu, quiero gritarle, pero su repentina frialdad me deja
paralizado. ¿Qué ocurrió con el generoso, relajado y sonriente hombre que me
estaba haciendo el amor hace menos de una hora?
***********************
-¿Listo? –Pregunta
Yunho mientras nos detenemos junto a las puertas del vestíbulo.
Asiento de
manera vacilante. Volvió a su personaje distante, amable, tenso, su máscara de
nuevo puesta y en marcha. Kangin sostiene la puerta abierta para nosotros y nos
conduce a través de ella. Yunho llama al ascensor.
-¿Qué pasa
Jaejoong? –pregunta, es como si supiera que estoy analizando las cosas en mi
mente. Extiende su mano y tira de mi barbilla –Deja de morderte el labio o
tendremos sexo en el ascensor y no me importa quien entre con nosotros.
Me sonrojo,
pero hay un atisbo de sonrisa en sus labios, finalmente su estado de ánimo
parece estar cambiando,
-Yunho,
tengo un problema.
-¿Ah sí? –Tengo
toda su atención.
El ascensor
llega, entramos y Yunho presiona el botón del piso al que vamos.
-Bueno –Me sonrojo-
Tengo que hablar con Junsu. Tengo muchas preguntas sobre sexo y estás demasiado
involucrado. Si quieres que haga todas las cosas, ¿cómo puedo saber…? –Hago una
pausa tratando de encontrar las palabras adecuadas –Simplemente no tengo
términos de referencia.
Pone los
ojos en blanco en mi dirección.
-Habla con
él si es necesario –Suena exasperado –Asegurate de que no le mencione nada a
Yoochun.
Me enfada la
situación. Junsu no es así.
-No haría
eso y no te diría nada de lo que me diga de Yoochun, si llegara a decirme algo –Añado
rápidamente.
-La
diferencia es que yo no quiero saber sobre la vida sexual de Yoochun –Murmura Yunho
secamente.
-Está bien.
Sus labios
se curvan y niega con la cabeza.
-Cuanto
antes tenga tu sumisión mejor, así podremos detener esto.
-¿Detener
qué?
-Tú,
desafiándome –Estira su mano hacia abajo, ahueca mi barbilla y planta un beso
rápido y dulce en mis labios mientras las puertas del ascensor se abren. Toma
mi mano y me guia dentro del garaje subterráneo.
Entramos en
su auto negro y luego de unos minutos nos encontramos en un bello restaurante.
La decoración es rústica: sillas y mesas al azar con manteles de cuadritos,
flores silvestres en floreros pequeños.
-No he
estado aquí en un tiempo –El camarero toma la orden de nuestras bebidas. Se
sonroja cuando ve a Yunho, evita el contacto con él, escondiéndose bajo sus
mechones largos de cabello. ¡A él le gusta!
-Dos vasos
de Pinot Grigio –Dice Yunho con una voz de autoridad. El camarero se retira y
Yunho me mira – Le gustaste a mi madre –Dice secamente.
-¿En serio? –Sus
palabras me hacen sentir bien.
-Sí. Sabes
Jejoong, ha sido un fin de semana de novedades para mí –Dice en voz baja.
-¿Lo ha
sido?
-Nunca he
dormido con nadie, nunca he tenido sexo en mi cama, nunca volé con alguien que
me interesara en Charlie Tango, nunca le presente a nadie a mi madre ¿Qué me
estás haciendo? –Sus ojos arden, su intensidad me quita el aliento.
El camarero
llega con nuestras copas de vino y de inmediato tomo un rápido sorbo. ¿Se está
abriendo o simplemente haciendo una observación casual?
-Realmente
he disfrutado este fin de semana –Murmuro. Entrecierra sus ojos hacia mi otra
vez.
-Deja de
lamerte el labio –Gruñe –Yo también.
El camarero
nos trae sopa. Ambos lo miramos de manera dudosa.
-Sopa de
ortiga –Nos informa antes de retirarse. No creo que a él le guste ser ignorado
por Yunho. Pruebo la sopa, está deliciosa. Yunho y yo levantamos la mirada el
uno hacia el otro al mismo tiempo con alivio. Me río y él inclina su cabeza hacia
un lado.
-Ese es un
sonido hermoso –Murmura.
-¿Por qué
nunca has tenido sexo vainilla antes? ¿Siempre has hecho… eh, lo que has hecho?
–Pregunto, intrigado.
Asiente con
la cabeza lentamente.
-Más o menos
–Su voz es cautelosa. Frunce el ceño por un momento y parece estar involucrado
en una lucha interna. Luego levanta la vista, con una decisión tomada –Una de
las amigas de mi madre me sedujo cuando tenía quince años.
-Oh –Mierda, eso no me lo esperaba.
-Tenía
gustos muy particulares. Fui su sumiso durante seis años –Se encoge de hombros.
-Oh –Es todo lo que puedes decir Jaejoong. Mi
cerebro se ha congelado.
-Así que sé
lo que implica, Jaejoong –Sus ojos brillan con comprensión. Lo miro, incapaz de
articular nada –Realmente no tuve una introducción común al sexo.
La
curiosidad se activa.
-¿Así que
nunca saliste con alguien en la universidad?
-No –Niega con
la cabeza para enfatizar el punto.
El camarero
toma nuestros platos, interrumpiéndonos por un momento,
-¿Por qué? –Le
pregunto cuándo se ha ido.
Sonríe sarcásticamente.
-¿De verdad
quieres saber?
-Sí
-No quería
hacerlo. Ella era todo lo que quería, lo que necesitaba. Y, además, me habría
golpeado terriblemente –Sonríe con cariño ante el recuerdo.
-Si era
amiga de tu madre, ¿qué edad tenía?
Sonríe.
-Edad
suficiente para saber desempeñarse mejor,
-¿Todavía la
ves?
-Sí
-¿Todavía...
eh… -Dudo
-No –Niega con
la cabeza y me sonríe –Es una muy buena amiga.
El camarero
regresa con carne de venado, pero mi apetito ha desaparecido. Que revelación. Yunho el sumiso. Todas estas
revelaciones me hacen pensar aún más.
-Come,
Jaejoong.
-En realidad
no tengo hambre, Yunho –Estoy confundido.
-Come –Dice en
voz baja, muy baja.
Lo miro. Así
es como será si firmo: ordenándome. Frunzo el ceño. ¿Quiero esto Tomo mi
servicio y empiezo a comer.
-¿Es así
como nuestra relación será? –Susurro -¿Tú, ordenándome?
-Sí.
-Ya veo.
-Y lo que es
más, querrás que lo haga –Añade en voz baja.
Sinceramente lo dudo.
-Es un gran
paso –Murmuro
-Lo es –Cierra
sus ojos un instante. Cuando los abre están amplios y serios –Jaejoong, tienes
que ir con tus instintos. Has la investigación, lee el contrato, estaré feliz de
discutir contigo al respecto –Sus palabras vienen a mi apresuradamente –Llámame,
tal vez podamos cenar. Realmente quiero hacer funcionar esto. De hecho, nunca
he querido nada tanto como quiero que esto funcione.
Su
sinceridad quema, su anhelo se refleja en sus ojos. Esto es principalmente lo
que no comprendo. ¿Por qué yo?
-¿Qué paso
con los que estuvieron antes que yo?
Levanta sus
cejas con sorpresa, luego luce resignado, negando con su cabeza.
-Varias
cosas, pero se reduce a… -Hace una pausa, tratando de encontrar las palabras,
creo –Incompatibilidad –Se encoge de hombros.
-¿Y crees
que yo podría ser compatible contigo?
-Sí.
-¿Así que ya
no estás viendo a ninguno de ellos?
-No,
Jaejoong, no lo hago. Soy monógamo en mis relaciones.
-Ya veo.
-Investiga,
Jaejoong.
Bajo mi
servicio. No puedo comer más.
-¿Eso es
todo? ¿Eso es todo lo que vas a comer?
Asiento con
la cabeza. Me frunce el ceño, pero no me dice nada. Lo veo mientras devora todo
su plato, come como un caballo. Debe hacer ejercicio para mantenerse en tan
buena forma. El recuerdo de la forma en que su pantalón cuelga de sus caderas
viene espontáneamente a mi mente. La imagen es totalmente distractora. Me
retuerzo incómodo. Levanta la vista hacia mí y me sonrojo.
-Daría
cualquier cosa por saber lo que estás pensando en este preciso momento –Murmura
y me sonrojo aún más. Me sonríe con una sonrisa malvada –Puedo adivinar –Bromea
en voz baja.
-Me alegro
de que no puedas leer mi mente.
-Tu mente
no, Jaejoong, pero tu cuerpo lo he llegado a conocer bastante bien –Su voz es sugerente
¿Cómo es que cambia tan rápidamente de un estado de ánimo a otro? Es tan
voluble, es difícil seguir su ritmo.
Le hace
gestos al camarero y le pide la cuenta. Una vez que ha pagado se para y me
extiende su mano.
-Ven –Tomando
mi mano me lleva de vuelta al automóvil
El viaje
hasta mi casa transcurrió en silencio. Cuando estaciona fuera de mi
departamento son las cinco de la tarde. Apaga el motor y me doy cuenta de que
voy a tener que dejarlo.
-¿Quieres
entrar? –Le pregunto, no quiero que se vaya.
-No. Tengo
trabajo que hacer –Dice simplemente, mirándome con una expresión inescrutable.
Miro mis
manos mientras junto mis dedos. Estirando su mano, toma una de las mías y
lentamente la lleva hasta su boca, con ternura besando el dorso de mi mano,
como un gesto dulce y pasado de moda.
-Gracias por
este fin de semana, Jaejoong. Ha sido… el mejor. ¿Miércoles? Te iré a buscar a
tu trabajo.
--Miércoles –Susurro.
Ambos
salimos del auto y caminamos hasta la puerta.
-Oh… Por
cierto, llevo tu ropa interior –Le ofrezco una pequeña sonrisa y levanto la
cinturilla del bóxer que llevo para que pueda ver. La boca de Yunho cae
abierta, sorprendido. Qué gran reacción. Mi humor cambia inmediatamente y entro
pavoneándome en la casa, parte de mi queriendo saltar y lanzar el puño al aire.
Junsu está
en la sala de estar empaquetando sus libros en cajas.
-Estás de
vuelta, ¿dónde está Yunho? ¿Cómo estás? –Su voz es febril, ansiosa y salta
hacia mí agarrando mis hombros -¿Cómo te fue?
No puedo
dejar de sonreír ante su preocupación y su ardiente curiosidad, pero de
repente, me siento tímido. Sé que tengo que darle algunos detalles porque no me
dejara en paz hasta que lo haga.
-Fue bien,
Junsu. Muy bien, creo –Digo tranquilamente, intentando esconder mi vergonzosa
sonrisa que lo dice todo.
-Me alegro –Me
guiña el ojo –Así que, ¿cuándo vas a verlo de nuevo?
-El miércoles. Vamos a cenar.
-¿Así que todavía
te gusta?
-Sí. Pero no
sé acerca del… futuro.
-¿Por qué?
-Él es
complicado, Junsu. Tú sabes… vive en mundo muy diferente al mío –Gran excusa,
muy creíble, mucho mejor que: tiene un salón rojo del dolor y quiere hacerme su
esclavo sexual.
-Oh por
favor, no dejes que esto sea por el dinero por el dinero, Jae. Yoochun dice que
es muy insólito para Yunho salir con alguien.
-¿Lo dijo? –Mi
voz se alza.
-Sí. Jae, te
ves diferente.
-Me siento
diferente, Dolorido.
-¿Te duele?
-Un poco.
-A mi igual –Dice
simulando estar molesto –Son animales –Ambos nos reímos.
-¿Estás
adolorido? –Exclamo
-Sí… uso
excesivo.
Me rio
tontamente por su respuesta.
-Cuéntame
sobre el uso excesivo de Yoochun –Le digo cuando he parado de reir.
Junsu se
sonroja. Oh Dios. Nunca lo había
visto reaccionar de esta manera antes.
-Oh, Jae –Deja
salir a borbotones –Él es tan… Todo. Y cuando nosotros… oh… realmente bueno.
-Creo que
estás intentando decirme que te gusta.
Asiente.
-Voy a verlo
el sábado. Nos va a ayudar a mudarnos.
-Es muy
amable de su parte.
-Sí. Te
llegaron un par de cartas y Changmin estuvo llamando hora tras hora. Sonaba desesperado.
-Lo llamaré-
Murmuro evasivamente. Recojo las cartas del comedor y las abro -¡Tengo
entrevistas de trabajo! La semana siguiente, ¡para las plazas de practicantes!
-¿Para
cuantas editoriales?
-¡Para dos!
-Te dije que
tus calificaciones te abrirían puertas, Jae –El teléfono suena interrumpiendo
nuestra conversación.
-Será
Changmin –Suspiro –Hola.
-Jae, ¡regresaste!
–Grita Changmin con alivio.
-Obviamente –El
sarcasmo se filtra en mi voz y pongo los
ojos en blanco.
Changmin se
queda en silencio un momento.
-¿Puedo
verte? Siento mucho lo que paso. Estaba ebrio. Jae por favor, perdóname.
-Te perdono
Changmin. Solo no lo hagas otra vez. Sabes que no me siento de ese modo por ti.
Suspira
pesadamente, triste,
-Lo sé, Jae.
Entonces, ¿estás con él?
-Changmin,
no estoy con nadie.
-Pero
pasaste la noche con él.
-Eso no es
asunto tuyo.
-¿Es por el
dinero?
-¡Changmin!
¡Cómo te atreves! –Le grito.
-Jae –Se queja
y se disculpa simultáneamente. No puedo hacer frente a sus celos mezquinos
ahora. Sé que está herido, pero no puedo hacer nada,
-Quizá
podamos tomar un café o algo mañana –Soy conciliador, es mi amigo. Estoy
encariñado con él, pero ahora mismo, no necesito esto.
-Mañana
entonces, ¿llamarás? –La esperanza en su voz retuerce mi corazón.
-Sí, adiós
Changmin –Cuelgo sin esperar respuesta.
-¿De qué
trataba todo eso? –Demanda Junsu.
Decido que
la honestidad es lo mejor.
-Intento
besarme el viernes.
-¿Changmin?
¿En qué estaba pensando? –Sacude la cabeza con disgusto y vuelve a embalar
cosas en las cajas.
Cuarenta y
cinco minutos más tarde dejamos de hacer el equipaje para poder comer.
El teléfono suena
nuevamente, es Yoochun. Junsu me guiña y salta a su habitación como si tuviera
catorce años ¿Qué es lo que tiene la familia Jung?
Paso los
canales de televisión, pero en el fondo, sé que solo estoy postergando el tema
del contrato.
Pongo mi cabeza
en mis manos. Una parte de mi quiere correr y esconderse. ¿Qué voy a hacer? Sus
ardientes ojos y su intensa mirada entran en mi mente, mi cuerpo se tensa ante
el pensamiento. Me corta la respiración y ni siquiera está aquí. ¿Esto no puede
ser solo acerca del sexo o sí? Recuerdo sus bromas gentiles esta mañana en el
desayuno, su alegría por mi deleite con el paseo en helicóptero, él tocando el
piano… La dulce y triste música llena de alma.
Recojo mis
cosas y deambulo sin ganas hasta mi dormitorio. Estoy muy cansado por todo lo
que hice estos días y por el dilema en el que estoy. Me siento en la cama y con
cuidado tomo el sobre que me dio girándolo una y otra vez entre mis manos
¿Realmente quiero saber la extensión de la depravación de Yunho? Es muy
desalentador. Tomo una respiración profunda y con el corazón en la garganta,
abro el sobre.
Hola!!!! Espero que todavía estés por allá, sería una lástima quue ya no continuaras este fic, realmente me a gustado hasta ahora ( la realidad es que para nada he visto la peli ni he leído nada de las 50 sombras de Grey y ni se me antoja sin ofender) pero esta adaptación me ha llamado mucho y me gustaría seguir leyendola. Así que espero que actualices y la continues.
ResponderEliminarSaludos y que estés bien .